21/1/11

"Quiero ser todo en el amor" de Claribel Alegría

"Quiero ser todo en el amor
 el amante
 la amada
 el vértigo
 la brisa
 el agua que refleja
 y esa nube blanca
 vaporosa
 indecisa
 que nos cubre un instante".

Claribel Alegría nació Nicaragua, en 1924. Cuando tenía nueve meses, la familia de Alegría se mudó de Estelí a Santa Ana en el oeste de El Salvador. Su padre, Daniel Alegría, médico de profesión, era de origen nicaragüense y su madre, Ana Maria Vides, era salvadoreña. Anastasio Somoza forzó a la familia al exilio.

En 1943, Claribel Alegría viajó a los Estados Unidos para estudiar en la universidad. Asistió a George Washington University y recibió su B.A. en filosofía y letras. Cuando estaba en los Estados Unidos en 1947, se casó con Darwin J. Flakoll, Tuvieron tres hijas (Maya y las mellizas Patricia y Karen) y un hijo, Erick, con quienes vivieron en México, Santiago de Chile (donde recibieron sendas becas de la estadounidense Fundación Catherwood, 1954), Buenos Aires, Montevideo, París, Palma de Mallorca y Nicaragua, su lugar de residencia desde septiembre de 1979. Su compenetración intelectual y como pareja fue tan fuerte que más de alguna vez firmaron algunos de sus escritos conjuntos como "Claribud".Claribel y "Bud" tradujeron del inglés Cien poemas de Robert Graves (Barcelona, Lumen), quien era su vecino en Deià, en la isla española de Palma de Mallorca. Mantuvieron amistad estrecha con altas figuras de la literatura latinoamericana, como Juan Rulfo, Julio Cortázar, Carlos Fuentes, Mario Vargas Llosa y Mario Benedetti. De este último escritor fueron editores de Blood pact and other stories (Willimantic, Cubstone Press, 1997)

Bautizada con su alias literario por el intelectual mexicano José Vasconcelos, fue amiga del polígrafo mexicano Alfonso Reyes y discípula del poeta español Juan Ramón Jiménez, ganador del Premio Nóbel de Literatura, con quien estudió duramente mientras el poeta español residió en la capital estadounidense, en momentos en que la autora salvadoreña laboraba como traductora y secretaria en la Unión Panamericana, después llamada Organización de Estados Americanos (OEA).

En 1948, Claribel Alegría publicó su primer libro de poesía; Anillo de Silencio. A lo largo de su larga carrera literaria ha publicado poesía, novela, ensayo y traducciones.

Socia honoraria del Ateneo Americano (Washington D. C., enero de 1950), retornó a las ciudades de Santa Ana y San Salvador en julio de 1962. Un mes más tarde, el jueves 16 de agosto, ofreció un recital poético en el Paraninfo de la Universidad de El Salvador.

Durante toda su vida, Alegría, a la que se ha integrado en la llamada Generación comprometida, ha subrayado el compromiso con la resistencia no violenta, en contra de los regímenes dictatoriales y de las guerras e injusticias sociales que han asolado sus países de origen. En su obra el diálogo con la violencia y la muerte, en la que ha tenido que pasar gran parte de su vida, ocupa un espacio fundamental. La ausencia es, paradójicamente, una de las más sólidas presencias en la palabra poética de Alegría. Su poética se erige como testimonio de las sucesivas experiencias personales y nacionales; la ausencia del ser amado, su marido murió en 1979, del reconocimiento histórico y la identidad cultural. Su palabra poética se define por su deseo de fijar las emociones más duras e insoportables teñidas sin embargo siempre de una enorme e inalterable esperanza en el futuro.

Su obra, traducida a más de una docena de lenguas, ha sido premiada en repetidas ocasiones: finalista del Premio Biblioteca Breve de Seix Barral (Cenizas de Izalco, 1964, en colaboración con su esposo, Darwin Flakoll); Premio Casa de las Américas (Sobrevivo, 1978); Premio Poesía de Autores Independientes (2000) y la Orden de Caballero de las Artes y las Letras, concedido por el Gobierno de Francia (2004)

En 2006 se convirtió en la primera mujer hispanoamericana en recibir el prestigioso Premio Internacional Neustadt para la Literatura, otorgado por la Universidad de Oklahoma y la revista World Literature Today, considerado el Nobel de América, y que en el continente solo han recibido Octavio Paz, Álvaro Mutis y Gabriel García Márquez.

Os podriamos recomendar cualquiera de sus obras, pero hoy nos place invitaros a la lectura de su obra Ars poética en este enlace (pdf) o a visitar la web de su Fundación.

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