y el rugido de la tierra
Era como si debajo de mis pies
corrieran al galope los demonios
subidos sobre grandes serpientes
Después fue el griterío
la ladradera de perros
hasta imponerse el silencio.
Corría cuesta abajo
entre una nube de polvo
y un abanico de desgracias
La farmacia
la escuela
el mercado
la iglesia
estaban en el suelo
La casa del sastre
la del peluquero
la del dentista
la del panadero
la de mi comadre Lupe
eran una explanada de tierra
y una tormenta de lamentos
No había adonde preguntar
pues las gentes andaban locas
gritando nombres
A lo lejos
una bandera ondeaba
sobre el único edificio en pie:
el de la comandancia del pueblo.
Poema de Carlos Ernesto García presentado con este texto "Lo que me contó un campesino de San Agustín, donde los terremotos del 2001 en El Salvador, destruyeron miles de viviendas."
Era como si debajo de mis pies
corrieran al galope los demonios
subidos sobre grandes serpientes
Después fue el griterío
la ladradera de perros
hasta imponerse el silencio.
Corría cuesta abajo
entre una nube de polvo
y un abanico de desgracias
La farmacia
la escuela
el mercado
la iglesia
estaban en el suelo
La casa del sastre
la del peluquero
la del dentista
la del panadero
la de mi comadre Lupe
eran una explanada de tierra
y una tormenta de lamentos
No había adonde preguntar
pues las gentes andaban locas
gritando nombres
A lo lejos
una bandera ondeaba
sobre el único edificio en pie:
el de la comandancia del pueblo.
Poema de Carlos Ernesto García presentado con este texto "Lo que me contó un campesino de San Agustín, donde los terremotos del 2001 en El Salvador, destruyeron miles de viviendas."
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