13/4/14

Con Jon Cortina Dios pasó por Guarjila

Este libro publicado en el año 2006 es un homenaje a Jon Cortina, y ahora recuperamos la crónica de Miguel Àngel Chinchilla coincidiendo con el momento de su edición:

"Se trata de un libro póstumo, de 155 páginas, en memoria del padre Jon Cortina, editado por Asociación Pro-Búsqueda de Niñas y Niños Desaparecidos, entidad fundada por este hombre que en su infancia también padeció los vejámenes de la guerra allá en su tierra, Gernika. “No hay que olvidar --dicen los editores en el prólogo-- que Pro-Búsqueda es hija de Guarjila”. Por tanto, la publicación es un compendio de testimonios “desde la oralidad de las comunidades de Chalatenango (…) la buena noticia que fue y sigue siendo el padre Jon Cortina”. Juan Raimundo Cortina Garaigorta nació en Bilbao, País Vasco, el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, y murió en Guatemala, a la edad de 71 años, un 12 de diciembre, día de la Virgen de Guadalupe. Entre vírgenes manejó su vida este siervo de Dios. Son once capítulos con diferentes temáticas, entretejidos por 141 testimonios de personas que convivieron con Jon Cortina, compartiendo y departiendo su trabajo pastoral en aquellas comunidades de Chalatenango.

Este testimoniario recoge los buenos recuerdos que la gente de aquel lugar guarda del padre Jon: su solidaridad, su optimismo, su vitalidad, sus conocimientos como ingeniero, su sabiduría teológica, su buen humor, su pedagogía popular, su amor por los más desposeídos, su carácter indoblegable por la justicia, "Con Jon Cortina Dios pasó por Guarjila" es una paráfrasis de la famosa frase que el padre Ignacio Ellacuría acuñara en referencia a la santidad de Monseñor Romero: “con Monseñor Romero Dios pasó por El Salvador”. “Nadie más que Guarjila --dice el libro en su página 147-- ha tenido la dicha de tener a este profeta tan misericordioso con la gente Un hijo de Monseñor Romero…”

Para los vecinos de Guarjila, Jon Cortina es el santo de los desaparecidos, por todo el empeño que puso por el reencuentro con sus familias, de los niños y las niñas perdidos en la guerra. Y hablando de testimonios, tuve yo la oportunidad de conocer al padre Jon Cortina en el año 2002, cuando este servidor fungía como coordinador de comunicaciones de la Procuraduría General de la República, durante el período como titular del ahora doctor Miguel Ángel Cardoza Ayala, en la actualidad magistrado de la Corte Suprema de Justicia. Pro-Búsqueda y la PGR habían conformado una instancia a la cual se denominó Mesa del Procurador, y a mí me encomendaron diseñar una campaña publicitaria a nivel nacional, con el objetivo de sensibilizar a la población sobre la labor que desempeñaría dicha Mesa en torno al tema de los niños y niñas desaparecidos durante la guerra.

La campaña pretendía el reconocimiento de la verdad histórica y el cumplimiento del derecho inherente de todas las personas a conocer su identidad. El miércoles 20 de marzo de 2002, el procurador Cardoza Ayala propuso en el seno de la Comisión de la Familia, la Mujer y la Niñez de la Asamblea Legislativa, la producción y ejecución de dicha campaña, pero desafortunadamente no hubo por parte de los diputados y diputadas del órgano legislativo el apoyo necesario para que la Mesa del Procurador continuara funcionando, y ahí quedaron las buenas intenciones.

Deseo concluir el presente comentario con unas palabras de Sol Yánez, contenidas en el último párrafo de este libro que yo entiendo como un gran exvoto en agradecimiento a la labor de un hombre que sin lugar a dudas entregó su existencia por los demás: “No hay palabras que puedan agradecer su vida dedicada al encuentro y al abrazo: sólo esta nueva y gran esperanza en seguir sus huellas, en cobijarnos en su coraje, su honestidad y su empeño en la verdad y la justicia”.

+ informaciones:

- Reencuentro en El Salvador. Artículo publicado en el diario El País.
- Entrevista a Jon Cortina en la Revista Fusión (2001).
- Escrits sobre Jon Cortina del Grup de Solidaritat Jon Cortina.
- En el espejo de Jon Cortina. Artículo publicado en el diario Co-Latino.

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