30/8/15

Poesía salvadoreña (5): Alfonso Kijadurías



No dejar huella 

Todas las bibliotecas se disputarán tus obras, 
En todas partes celebrarán homenajes a tu nombre. 
En lugares privilegiados se alzarán monumentos 
que honrarán tu memoria. 
Se habrá así hecho justicia a tus noches y días 
de soledad y angustia. 
Mejor hubiera sido no ser nadie, 
o en el mejor de los casos 
haber ganado la suprema perfección que exige 
no dejar huella.


Más información en este artículo de El Faro: Todos los rumores del mundo en 56 nuevos poemas de Kijadurías o a la web Arte Poética.

27/8/15

Poesia salvadoreña (4): Roberto Armijo

 
Los niños nos exigen un mañana

Los niños nos exigen un mañana 
Donde se pueda 
Respirar aire limpio 
Y sin temor. 
El hombre que ama a sus hijos, 
Ofrecerá su corazón, 
Su pensamiento,
 Por un mañana sin odios y sin guerra. 
Los niños crecen como las flores;
Oyen caer la lluvia 
Y avanzar la alborada que despierta las frutas. 
Los niños no sospechan 
Que entre las luces 
De la mar que descansa silenciosa en los puertos, 
Ronda el aire fatal de las lluvias nucleares. 
Los niños sueñan con leyendas vagas. 
Sin presentir la sombra que acecha sus juegos. 
Si la guerra estallara, 
¿Cómo podría la escuela alegrar sus aulas? 
Quedarían heridos los juguetes. 
Pinocho cada vez más triste 
Y perdida en sollozos 
Caperucita en medio de la noche honda. 
¿Cómo podría el mundo estallar en colores 
Y palpitar la estrella sobre la cabaña? 
Los animales inocentes 
Se volverían polvo 
Y la tierra una pálida cicatriz de tristeza. 
La novia primorosa 
No luciría sus cabellos 
En la mañana azul que hace brillar los árboles. 
Y llegaría Octubre, 
Y en la vaga aventura del aire 
No habría barriletes. 
Una llaga de estruendo sería la tierra 
Y quedaría solitaria. 
Los niños nos exigen un mañana, 
Y el que quiere a sus hijos 
Oye el llamado de los niños del mundo. 
Hay injusticia. 
Se apaga entre fiebres y basura 
Adolorido el hombre; 
Pero la tierra es ancha como el pensamiento y la luz. 
Siempre habrá una alondra, un astro, 
Una muchacha que consuele una frente pensativa. 
La mañana la siente mi corazón…

3/8/15

Poesía salvadoreña (3): Lil Milagro Ramírez


Este país pequeño 

 Este país pequeño 
 al que yo tanto quiero 
 se ha logrado meter todo entero 
 en mi imaginación; 
 no sé cómo explicarlo, 
 a veces en las noches 
 me despierta la urgencia de pensarlo 
 desde sus mínimas fronteras hasta el mar, 
 cuando lejos he dicho 
 “él mide 21000 Kms cuadrados” 
 No será tan fácil —me responden— quererlo 
 Es tan pequeño 
 Y yo siento quererlo más. 
 En él, así de mínimo, 
 yo quiero al universo 
 de él hacia el mundo me proyecto, 
 me interesa su forma de vivir, 
 sus estudiantes, 
 su juventud obrera, 
 sus campesinos, sus cosechas 
 y hasta sus pocas diversiones populares 
 el cine y el fútbol 
 me son interesantes por ser suyas. 
 Mi pequeño país me necesita 
 y eso me hace feliz 
 mi pequeño país 
 ha decidido que yo, luche por él 
 y eso me vuelve grande, 
 mi pequeño país 
 quiere que yo levante sus estatua 
 y eso me compromete 
 me aprisiona con una dulce esclavitud 
 Me preocupa su gente 
 sus edificios siempre amenazados 
 por un temblor de tierra, 
 a mí me causa una ternura 
 su pequeñez geográfica 
 que ha provocado risas muchas veces 
 Mi pequeño país me ha preguntado 
 si yo quiero 
 ser una gota de agua fresca 
 sobre su sed de libertad 
 y yo he sentido en mis mejillas 
 el rubor de una novia a quien su amado 
 le ha pedido una entrega, 
 y desde entonces 
 mi pequeño país y yo 
 nos hemos comenzado a enamorar, 
 como un amante loco 
 me transmite su amor, 
 ¿cómo no lo he de amar? 
 yo lo he tomado de la mano 
 y alegres, muy alegres 
 los dos nos hemos puesto a caminar.

Otra entrada de Lil Milagro Ramírez 
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