Homenatge a un bon amic que trobarem a faltar...
Nacido el 24 de octubre de 1934 en Burgos -padre médico, madre maestra sin ejercer- Luis de Sebastián y Carazo ingresó con 16 años en la Compañía de Jesús. La formación en los jesuitas le supuso un periplo largo, extenso e internacional que lo llevó a estudiar Filosofía, Teología, Economía y Ciencia Política; y a visitar universidades en España, Alemania, Suiza, Reino Unido e Italia.
Pero un momento fundamental en su trayectoria humana e intelectual fue su llegada a El Salvador en 1968. Aquella realidad social le descolocó. Empezó a trabajar con otros jesuitas en la transformación social y política del país desde la Universidad Centroamericana (UCA). Monseñor Óscar Romero -arzobispo de San Salvador asesinado en 1980, y del cual Luis tenía una fotografía en su despacho en ESADE- y los jesuitas que serían asesinados en 1989 en el campus de la UCA se convirtieron en sus referentes. El sabio polifacético iba traduciendo su fe en compromiso por la vida de los pobres, al estilo del carpintero de Nazaret.
En noviembre de 1980, marcha a Europa para representar al movimiento político opositor a la cruelísima dictadura salvadoreña. En esta parte del Atlántico deja la Compañía de Jesús y se casa, pero sigue colaborando en la causa de la justicia. En 1982, invitado por el profesor de ESADE Toni Güell, comienza a dar clases en esta institución docente jesuita.
En ESADE despliega una fecunda actividad académica con decenas de publicaciones en el campo de la economía y las ciencias sociales, hasta su muerte ayer. En esta época colabora con el Banco Interamericano de Desarrollo (1993-96) y profundiza en su conocimiento y cariño hacia América Latina. Aprovecha esta estancia en Washington para estudiar la pobreza en los EE UU, esfuerzo del que saldrá el excelente libro Pies de barro. La decadencia de EE UU (2004). A principios del nuevo milenio, se interesa por África. De su investigación resulta otro gran libro: África, pecado de Europa (2006).
La obra de Sebastián conjuga siempre el rigor académico con la claridad y la amenidad. Subyace a cualquiera de sus trabajos una opción fundamental madurada básicamente en su estancia en El Salvador: mirar al mundo y a la economía desde el lado de los pobres.
En 1989 escribió un bellísimo poema dedicado a sus amigos jesuitas asesinados en la UCA. En él Jesús de Nazaret da la bienvenida al cielo a estos hombres, cansados en su lucha por la justicia. Ayer era demasiado temprano para poesías. Pero no es tarde para desear que el carpintero de Nazaret, al que Luis ha sido siempre fiel, le reciba también a él, infatigable trabajador por la justicia.
Sabio cristiano y justo: ¡hasta siempre!
Aquest és l'obituari publicat al diari "El País" per Josep F. Mària, jesuita i professor d'ESADE.