Soledad
Frecuentemente el viento sopla fuerte
En el minúsculo jardín junto al que duermo
Y su largo aullido me mantiene entre sueño y vigilia
Entonces pienso grito o recuerdo es lo mismo
O proyecto futuros que nunca llegaré a vivir
O hago recuento de cuanto pudo ser
Paso las noches asediado por muertes que todavía no se atreven
Golpeado por poemas que todavía no me decido a escribir
Asaltado por imaginaciones que me caminan
Como extraños insectos desde los pies hasta el alma
O me navega la sangre buscando un olvido
Que jamás ha logrado detener mis diástoles
Queriendo recuperar vasijas que alguna vez rompí
Sin encontrar el prometido tesoro que debieron contener
Recogiendo las hojas del árbol que siempre quise sembrar
O acariciando al pequeño animal que humildemente espera
En cualquier rincón de los epitelios en que habito
Su aleatoria oportunidad de ser el iniciador de una nueva estirpe
De un alfabeto de fábula con el que sea posible
Nombrar poéticamente las cosas más repulsivas
Declinar adjetivos apropiados para cada uno de los colores
Que matizan el terrible submundo en que me muevo
Cuando cierro los ojos
O celebrar holocaustos definitivos
Sobre la antigua piedra en que se inscriben todos los
Sacrificios
Permanezco anegado de preguntas que nadie sabría
Contestarme
Exhausto por el interminable forcejeo
Entre mis debilidades y mi fuerza
Paralizado por el irrefrenable impulso
De realizarme en pájaros o rosas
Desesperadamente urgido de invisibles presencias
Anhelante de un pensamiento que me permita sobrevivir
En la espantosa realidad que me rodea
Atado por una absurda confabulación de negaciones
Que me impide soltar mi bandada de instintos
O me reduce a la desesperante pequeñez del poema
Todo se diluye en una densa oscuridad
Donde el silencio es el único sonido
Y una lluvia de pálidos pétalos
Va levantando muros alrededor de mi dolorosa respiración
Construyendo la tumba en que no quiero descansar
Condenándome a una eternidad que definidamente
Rechazo
O abandonándome en medio de un encrespado mar de piedra
En el que todo naufragio es imposible
Despierto hundido en mi propia materia
Horriblemente oliendo a carne moribunda
Me levanto
Me visto mi raído traje de soledad
Y salgo a caminar entre fantasmas
de los nietos del jaguar