30/6/20

El Juez de El Mozote envía inspectores a buscar los archivos que el Ejército niega


El juez del proceso por la masacre de El Mozote ordenó que se realicen búsquedas de archivos en ocho lugares, incluido el Ministerio de Defensa, el Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, y el Archivo General de la Nación. A la base de la búsqueda está la sospecha de ocultamiento de información y el señalamiento de “irregularidades” en la documentación que el Ejército ya entregó al juzgado.

El juez de Instrucción de San Francisco Gotera, Jorge Guzmán, ordenó el 15 de junio la realización de inspecciones en ocho archivos militares, para que los querellantes y expertos en archivos busquen planes militares y documentos administrativos relacionados con la masacre de El Mozote (1981), la mayor masacre de civiles de la guerra salvadoreña, con casi mil víctimas reconocidas en un censo oficial.

A petición de la querella, el juez ordena inspecciones en cuatro lugares en San Salvador: el ministerio de Defensa Nacional, el Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, la Fuerza Aérea y el Archivo General de la Nación; uno en La Libertad, la Brigada de Artillería “Teniente Coronel Óscar Osorio”; uno en San Miguel, la Tercera Brigada de Infantería; uno en Morazán, el Destacamento Militar Número Cuatro; y en los archivos de la Unidad de Relaciones Públicas de la Fuerza Armada y el Comité de Prensa de la Fuerza Armada (COPREFA), de cuya ubicación el juez pide un informe al presidente Nayib Bukele.

La orden implica la búsqueda de los archivos del Batallón Atlacatl, y las brigadas militares de San Miguel y Morazán, y la Fuerza Aérea, implicadas en la masacre. Pero también se autoriza la búsqueda en otras unidades como los conjuntos I, II, III y IV del Estado Mayor, del Batallón Ramón Belloso, la Primera Brigada de Infantería, Coprefa y el Archivo General de la Nación. La lógica con estas otras, según el juez, es que la información “podría poner en evidencia una práctica sistemática de encubrimiento de violaciones a los derechos humanos” y “para confirmar o descartar un aparato de poder organizado que cumplía con la implementación de una política de Estado”. 

Los principales objetivos de la búsqueda son el “plan militar de la operación Rescate de 1981”, el nombre del operativo que terminó en la masacre, los “planes de operaciones militares en el país entre 1980 y 1984”, así como “planes militares de nivel nacional durante la guerra y sus anexos”. También se persigue “normativa militar durante la guerra”, tal como reglamentos y decretos ejecutivos o manuales de formación y de funciones; “Órdenes Generales del Estado Mayor”, “análisis de inteligencia militar”, “informes periódicos de operaciones, informes de supervisión y control de operaciones, disponibilidad de recursos para desplegar operaciones” y otros  “documentos administrativos vinculados” al operativo de El Mozote y otros cantones y caseríos aledaños.

Desde que se reabrió el proceso de El Mozote, en septiembre de 2016, la presidencia de la República ha respondido seis veces al Juzgado de Instrucción de San Francisco Gotera que no existen documentos de planes militares relativos al Mozote en sus archivos. 

Pero el juez no cree que no hayan archivos útiles resguardados por la Fuerza Armada. Tiene varias razones.

El 16 de febrero de 2018, comparecieron ante el tribunal el mayor Noé Pineda Martínez, jefe de Archivo General de la Fuerza Armada, y el coronel José Rolando Morales Belloso, jefe de Personal del Estado Mayor conjunto del Ejército. En su comparecencia, “dejaron claro la existencia de información pertinente y útil para la investigación y esclarecimiento de los hechos suscitados en El Mozote y sitios aledaños (...) en el Archivo General de la Fuerza Armada y Archivo General de la Nación”. El mayor Pineda dijo además que había “unas cajas con planes de guerra y planes de campaña”. 


Otra de las sospechas es por inconsistencias que parecen evidentes en la investigación. Por ejemplo, en la hoja de servicio (una especie de currículo militar) del coronel Domingo Monterrosa, no se registra su participación en la Operación Rescate de Morazán, en diciembre de 1981. Monterrosa era el comandante del Batallón Atlacatl, la principal unidad encargada de la masacre, y tanto testigos sobrevivientes como dos soldados que declararon bajo régimen de protección lo ubican físicamente durante el desarrollo de la masacre.

El juez Guzmán duda también de otras hojas de servicio. “Llama la atención que, en las hojas de servicio, únicamente aparece información que han participado en la operación Rescate militares que han fallecido y, por obvias razones, no pueden ser juzgados”, dice el juez.

Finalmente, el juez reiteró lo que ha señalado en otras resoluciones respecto a los archivos. Considera “del todo inexcusable” que una institución como el Ejército, caracterizado por el orden y la disciplina, no haya cumplido con su obligación legal de llevar registros de sus planes. El juez dice que, si en una unidad militar se registran hasta las entradas y salidas de personas, con mayor razón deben plasmarse en documentos las operaciones y campañas.

“Son inadmisibles las tesis de que los planes militares requeridos para esta investigación nunca existieron —dice el escrito— y que ‘la operación Rescate’ surgió de forma espontánea y en el territorio, en las mentes de los oficiales que las dirigieron, dibujando y esquematizando en improvisados papeles que luego fueron desechados, las posiciones y desplazamientos de las unidades militares que participaron”. 

23/6/20

Mensaje del presidente de Ausjal ante el juicio en España por la masacre en la UCA



Padre Luis Arriaga Valenzuela: "La impunidad sirve de combustible a todas las formas de violencia"

Ante el inicio de la vista pública del juicio que la Audiencia Nacional de España sigue contra 17 militares salvadoreños señalados como presuntos autores intelectuales y materiales de la masacre del 16 de noviembre de 1989 en la UCA, el P. Luis Arriaga Valenzuela, presidente de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal) y rector del Iteso (Universidad jesuita en Guadalajara), se unió al llamado a esclarecer el crimen y se solidarizó con la lucha contra la impunidad.

En este enlace se pueden escuchar sus palabras 

“El juicio que se desarrolla actualmente en España tiene importancia en la medida en que puede constituir un aporte a la reconciliación en los países de América Latina y El Caribe, tan afectados por la impunidad que sirve de combustible a todas las formas de violencia”, lo dijo el Padre Luis Arriaga Valenzuela, S.J., Rector de la Universidad Jesuita de Guadalajara (ITESO – Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente), México y Presidente de la Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL), ante el inicio de la vista pública del juicio que la Audiencia Nacional de España sigue contra 17 militares salvadoreños señalados como presuntos autores intelectuales y materiales de la masacre del 16 de noviembre de 1989, en la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA), de El Salvador.

En una nota – publicada por la Dirección de Comunicaciones de la UCA – el Padre Arriaga Valenzuela dijo que hoy en América Latina existe la necesidad de “encontrar verdad, justicia y reparación contra la impunidad”, un tema crucial para la democracia en nuestro mundo. Haciendo referencia a los “abusos policiales” que se dieron estos días, el Rector del ITESO señaló que, estos eventos “nos han  dejado claro que requerimos luchar contra la impunidad, debemos  hacerlo porque solo de esta manera tendremos un Estado democrático, en cualquier lugar del mundo, porque el dolor de las víctimas es universal, el dolor que compartimos y la exigencia de justicia no tienen fronteras. De esta experiencia compartida surge la necesidad de avanzar a la jurisdicción universal”.

En este contexto, el Presidente de la AUSJAL recordó que, el pasado 8 de junio, la Audiencia Nacional (España) dio un paso clave al iniciar el juicio de un alto ex oficial salvadoreño, a quien se le acusa de haber participado en la organización de la matanza de los jesuitas en la UCA, la Universidad confiada a la Compañía de Jesús, cometida el 16 de noviembre de 1989. “En esos días más difícil de la guerra civil en El Salvador – recordó el sacerdote jesuita – en la madrugada de ese día, un batallón de las tropas oficiales del ejército entro a las instalaciones de la Universidad Centroamericana, la UCA, mató a sangre fría a seis jesuitas, cinco de ellos españoles, a una empleada del hogar y a su hija”. En estos hechos, precisó el Padre Arriaga, ha prevalecido la impunidad,  quienes planearon la masacre y el gobierno mismo, intentaron responsabilizar de los hechos a  otros grupos.

La impunidad nos ha llevado a buscar la justicia internacional

Por su parte, la Comunidad jesuita y los familiares de las víctimas – precisó el Rector del ITESO – han buscado en todo momento establecer la verdad y la justicia, acudiendo a instancias nacionales e internacionales, a pesar de la ley de amnistía que se dio en 1993, que paralizó todas las investigaciones de las violaciones a derechos humanos cometidas durante la guerra. “A pesar de todo, los esfuerzos por buscar justicia han continuado – subrayó el Padre Arriaga – el compromiso de la Universidad Centroamericana con la defensa de los derechos humanos y la promoción de la justicia, motivó a los jesuitas a denunciar los atropellos del poder y a buscar la paz con base en la verdad. Este mismo compromiso ha mantenido la exigencia de verdad y justicia ante el sistema judicial salvadoreño, pero la impunidad ha llevado también a buscar la justicia internacional, en este momento acudiendo pues a la Audiencia Nacional española debido a la nacionalidad de cinco de las víctimas”.

"La paz es fruto de la verdad y de la justicia" 

Finalmente, en su mensaje el Presidente de la AUSJAL recordó que el compromiso de la UCA a lo largo de más de 30 años nos muestra por una parte, la importancia del trabajo intelectual, del compromiso con la verdad, de la denuncia de todos los mecanismos de exclusión y de la reconciliación basada en la verdad. “Ese compromiso constante anima a todas las Universidades de la Asociación de Universidades confiadas a la Compañía de Jesús, de la cual el ITESO forma parte”. Y por otra parte, señaló que, “el juicio que se desarrolla actualmente en España tiene importancia en la medida en que puede constituir un aporte a la reconciliación en los países de América Latina y El Caribe, tan afectados por la impunidad qué sirve de combustible a todas las formas de violencia. La paz, como lo recuerda la UCA, a propósito de estos hechos es el fruto de la verdad y de la justicia”.

10/6/20

El coronel Montano se niega a responder las preguntas de la Fiscalía y las acusaciones en el juicio

Montano: “Yo no tenía ninguna animadversión a los jesuitas”, declara el único juzgado en España por la matanza de 1989
Artículo de J.J. Gálvez publicado en el diario El País en fecha 10 de junio de 2020

El excoronel Inocente Orlando Montano, exviceministro de Seguridad Pública salvadoreño, se ha sentado este miércoles por primera vez en un banquillo de los acusados para dar explicaciones por la matanza de los jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA) de 1989. Con absoluta tranquilidad, el ahora septuagenario ha negado en la Audiencia Nacional los delitos que se le imputan. Según ha asegurado y a diferencia de lo que mantiene la Fiscalía, nunca participó en el diseñó y ejecución del plan para acabar con las víctimas —entre las que había cinco españoles—. En todo caso, ha insinuado que esas decisiones las habrían tomado otros miembros del Ejército. Aunque él, según ha añadido, cree que los asesinatos corrieron a cargo de la guerrilla opositara al régimen. Una tesis rechazada por el ministerio público, las investigaciones judiciales y las propias conclusiones de la Comisión de la Verdad constituida en el país americano al acabar la guerra civil que lo asoló.

Más de 30 años llevaban las familias y amigos de las víctimas aguardando este momento. Y por fin, pasadas las 10.00 de este miércoles, uno de los supuestos autores intelectuales del crimen se ha visto obligado a responder ante un tribunal. No ha querido contestar a las cuestiones de la Fiscalía, ni de las acusaciones populares y particulares. Solo, a las de su abogado. Una oportunidad que ha aprovechado para eludir cualquier tipo de responsabilidad. “Yo no tenía nada en contra de los jesuitas”, ha dicho. “Había otros miembros del Gobierno...”, ha añadido.

Masacre de los sacerdotes jesuitas Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Amado López, Joaquín López y López, Juan Ramón Moreno, Segundo Montes, así como su ama de llaves, Elba Julia Ramos y su hija Celina Maricet Ramos

Pero Montano era un conocido miembro de La Tandona, una promoción de oficiales ultraderechistas que ocupó puestos clave en el Ejército. Y él mismo, durante esta sesión del juicio, ha cargado contra los jesuitas de la UCA y, especialmente, contra el entonces rector, Ignacio Ellacuría, acribillado a tiros en la matanza. Los ha considerado los impulsores de un golpe de Estado de 1979 contra el Gobierno militar ultraconservador —"Hay evidencias de que ese golpe se dirigió desde la universidad. Ellacuría convenció a la gente de que era necesario hacer un cambio y botaron del Gobierno al general [Carlos Humberto] Romero"—; y los ha acusado de reunirse y respaldar a los “terroristas” de la guerrilla revolucionaria del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Su relato contrasta drásticamente con el de la Fiscalía y la Comisión de la Verdad, a lo que se añaden documentos desclasificados de Estados Unidos —del Departamento de Estado, la CIA y el Departamento de Defensa— que lo señalan. Según toda esa documentación, el entonces rector de la UCA se había convertido en una figura incómoda para el régimen al apostar por el diálogo con el FNML para alcanzar la paz. Así que Montano, junto a otros miembros de la cúpula militar dio la orden de acabar con su vida “sin dejar testigos”. Y así supuestamente se cumplió.

En la madrugada del 16 de noviembre de 1989, un grupo de soldados del batallón Atlacatl irrumpió en la universidad y mató a tiros a seis sacerdotes jesuitas —los españoles Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno; y el salvadoreño Joaquín López— y a la mujer e hija del guardián de la universidad, Elba y Celina Ramos. “Yo siempre pensé que fue el FNML el que cometió el asesinato", ha dicho Montano este miércoles, que ha negado que participara en ninguna reunión donde se decidiese el crimen. Pese a que el coronel Guillermo Alfredo Benavides, al frente del Atlacatl, lo señaló en un diario como uno de los mandos que dio la orden. “No sé de dónde sale ese comentario”, se ha defendido Montano en la Audiencia Nacional este miércoles.

Montano enfrenta solo el juicio en Madrid por el asesinato de los jesuitas

 

“Ha mentido”

 

El único acusado en este juicio ha mantenido, incluso, que él trato de ayudar a esclarecer los hechos tras la matanza: "Yo colaboré, en el sentido de que le dije al señor presidente [Alfredo Cristiani] que la investigación se condujera con la ayuda internacional”. Pero, como recuerdan los compañeros de las víctimas, tras la guerra civil solo se juzgó en El Salvador a los autores materiales del crimen. Nunca a los intelectuales. “Cuando quisimos ir a por ellos tuvimos muchos problemas”, detalla el jesuita José María Tojeira, posterior rector de la UCA, que cuenta cómo la ley de amnistía impedía cualquier proceso contra ellos. Entonces, decidieron impulsar la causa en España y presentaron una querella en 2008. “Tuvo una fuerte repercusión en El Salvador. Y en 2016 se declaró inconstitucional la ley de amnistía”, apostilla Tojeira. Eso permitió reabrir el caso contra otros cinco supuestos autores intelectuales, pero “actualmente se encuentra prácticamente parado”.

“Orlando ha perdido una oportunidad de oro para decir la verdad. Ha mentido en todos los campos sobre los que se le ha preguntado. Él era el jefe del operativo y él era el encargado de verificar y confirmar que se habían cumplido las órdenes de asesinar dadas por el Estado Mayor del Ejército”, destaca Juan José Tamayo, miembro de la junta directiva de la Asociación Pro Derechos Humanos de España, personada como acusación popular, y director de la cátedra de Teología y Ciencias de las Religiones Ignacio Ellacuría, de la Universidad Carlos III de Madrid. “31 años después tenía la oportunidad de reconocer su implicación, pedir perdón y dar los nombres de los otros autores intelectuales”, ha reprochado Tamayo, que añade: “Es una infamia acusar a los jesuitas de defender la violencia de la guerrilla. Los mataron porque estaban construyendo puentes de diálogo por la paz y Montano contribuyó a dinamitarlos”.

El juicio se adentra ahora en un parón y proseguirá en julio con la declaración de los testigos. Entre ellos, está previsto que preste testimonio Rene Yushsy Mendoza, antiguo teniente del batallón Atlacatl y que ha estado acusado en esta investigación hasta el pasado lunes, cuando el tribunal consideró que habían prescrito los delitos que se le atribuían. La Fiscalía pide 150 años de cárcel para Montano.

8/6/20

En busca de justicia 30 años después: comienza la vista en la Audiencia Nacional por la matanza de jesuitas en El Salvador

Inocente Montano, tercero desde la izquierda, en una imagen de julio de 1989, junto a otros altos cargos del Ejército salvadoreño.   AP
Artículo de J.J. Gálvez publicado en el diario El País en fecha 8 de junio de 2020

Los compañeros de las víctimas creen que el proceso en España impulsará el iniciado en el país centroamericano.

Tras una batalla de más de 30 años, este lunes se sentarán finalmente en el banquillo de la Audiencia Nacional el excoronel Inocente Orlando Montano, exviceministro de Seguridad Pública de El Salvador, y uno de sus subordinados, acusados de participar en el “diseño” y “ejecución” de la matanza de los jesuitas de la Universidad Centroamericana (UCA) de El Salvador, perpetrada en 1989 y entre cuyas víctimas se encontraban cinco españoles. Uno de ellos, el teólogo Ignacio Ellacuría. La Fiscalía pide una condena de 150 años de cárcel.

“Para nosotros, celebrar este juicio es un paso muy importante”, se sincera José María Tojeira, compañero de las víctimas y posterior rector de la UCA. “El proceso en España siempre ha tenido mucha repercusión en El Salvador y ha servido para reimpulsar aquí la causa contra otros presuntos autores intelectuales del asesinato, que actualmente se encuentra prácticamente parada”, relata el jesuita por teléfono, apenas un día antes de que arranque en la Audiencia Nacional la vista oral contra dos acusados por la matanza de hace tres décadas.

La Fiscalía y la Asociación Pro Derechos Humanos de España centran su acusación en el excoronel Montano, que entonces ocupaba el cargo de viceministro de Seguridad. Según el ministerio público, este reconocido miembro de La Tandona, una promoción de oficiales ultraderechistas que ocupó puestos clave en el Ejército, formó parte del grupo de autoridades que decidió y ordenó que los militares irrumpieran durante la madrugada del 16 de noviembre de 1989 en la Universidad Centroamericana, donde tirotearon a seis sacerdotes jesuitas —los españoles Ignacio Ellacuría, Ignacio Martín-Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno; y el salvadoreño Joaquín López— y a la mujer e hija del guardián de la universidad, Elba y Celina Ramos. Son “los mártires de la UCA”, como los ha bautizado el propio centro docente, que recibió en 1990 el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por “su denodada defensa de la libertad” y “el diálogo”. “Supremos valores, en cuya defensa ha dado heroico testimonio el claustro de sus profesores”, destacó el jurado.


El arzobispo de El Salvador, rodeado de periodistas, junto a los cadáveres de las víctimas, en 1989.John Hopper / Associated Press

Montano, encarcelado en España desde 2017 después de que Estados Unidos lo entregara tras una ardua pelea judicial, fue señalado como uno de los autores intelectuales. El ahora septuagenario destacaba por sus arremetidas contra Ellacuría y sus compañeros, a los que acusaba de conexiones con “terroristas”. Como dijo el juez Manuel García-Castellón cuando lo envió a prisión a la espera de que se celebrase el juicio, el coronel utilizó la emisora de radio oficial del Estado para lanzar amenazas de muerte solo unos días antes del asesinato múltiple. Además, era miembro de “una estructura al margen de la legalidad, que alteró gravemente la paz pública con ejecuciones civiles y desapariciones forzosas”, añade la Fiscalía. A la investigación se han incorporado archivos desclasificados del Departamento de Estado, la CIA y el Departamento de Defensa de EE UU.

Ellacuría, nacido en Portugalete (Bizkaia) en 1930, se había convertido en una figura muy incómoda para el Gobierno y en la bestia negra de los grupos de ultraderecha que operaban en el país en plena guerra. Este comprometido teólogo de la liberación apostaba por el diálogo para lograr la paz entre la guerrilla revolucionaria del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y el régimen.


El excoronel Inocente Orlando Montano, en EE UU en 2013, antes de su extradición a España.Steven Senne / AP

“Requiere un gran coraje vivir en un país donde las armas de la muerte estallan con desesperada frecuencia en la más amenazadora de las proximidades”, denunciaba el jesuita unos días antes de su muerte, durante un viaje a España. “Estoy abrumado por el hecho terrorista. Estoy dispuesto a trabajar por la promoción de los derechos humanos. [...] Quisiera apoyar todo esfuerzo razonable para que prosiga el diálogo/negociación de la manera más efectiva posible”, escribía en una carta fechada en Salamanca el 9 de noviembre de 1989 y dirigida al ministro de la Presidencia, el coronel Juan Antonio Martínez Varela, donde le anunciaba su vuelta a El Salvador el día 13.

José María Tojeira cree que el juicio —en el que también se encuentra acusado Rene Yushsy Mendoza, un antiguo teniente del ejército salvadoreño y miembro del batallón Atlacatl, ejecutor de los asesinatos— servirá para reimpulsar la causa abierta en El Salvador contra otros cinco supuestos autores intelectuales de la matanza. “Aquí siempre ha habido muchas reticencias a investigar. Pero en 2016 logramos, gracias también a la presión internacional, que se declarara inconstitucional la ley de amnistía que lo impedía. Eso permitió reabrir la causa, que ahora mismo se encuentra casi parada”, apunta el jesuita, que añade: “Ha pasado mucho tiempo. Nosotros no tenemos problema de que, después de los juicios, se les puedan dar medidas de gracia por la edad. Creemos en la verdad y en la justicia para que no se repitan estos crímenes. Y también en el perdón”.

2/6/20

¡Conoce a la Orquesta de Cuerdas y a sus integrantes!


Tiempos Nuevos Teatro (TNT) ha iniciado una campaña para dar a conocer la Orquesta de Cuerdas y a sus integrantes. Un proyecto que trata de música, pero también de cambio y transformación para las jóvenes que la conforman... os animamos a conocer esta experiencia a traves de las redes sociales de TNT y aprender mucho más de la orquesta...






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